Artículo Especial
Yo nunca publiqué, pero qué menos… Lo enviaré al Anesthesiology
I never published, but whatever... I'll send it to Anesthesiology
2023;3:24-27. DOI: 10.20986/mpj.2023.1049/2023
Miguel Ángel Reina1, Anna Server2
1Universidad CEU San Pablo. Hospital Universitario Madrid-Montepríncipe, 2Hospital Universitario Vall d’Hebron
Recepción: 17 febrero 2023
Aceptación: 17 febrero 2023
Publicación: 21 marzo 2023
Resumen
Este es un artículo de motivación para quienes se inician en la investigación y han llegado a la etapa de redactar su artículo después de un extenso trabajo para alcanzar en datos sus objetivos. Es una mirada crítica de las vicisitudes que encuentra el investigador en su soledad, dentro de un camino que desconoce y no entiende, aportando sugerencias y agua a un corredor que ve muy lejos la línea de llegada de esa maratón.
Palabras clave: Motivación, investigación, desafío
Abstract
This is a motivational paper for those who are starting out in research and have reached the stage of writing their papers after extensive work to achieve their objectives in data. It is a critical look at the vicissitudes that the researcher encounters in his solitude, within an unknown path that he does not understand, providing suggestions and water to a runner who sees the finish line of that marathon too far away.
Keywords: Motivation, research, challenge
Artículo Completo

Hasta ahora nunca había publicado una investigación, llevo 4 años desde que me propuse este proyecto, acabo por fin de completar todos los resultados, espero escribir rápido todo lo encontrado, organizar una discusión y qué menos que enviarlo al Anesthesiology.

Ay… Yo soy tu reflejo en el espejo, y creo que vas un poco rápido, no aceleres en las curvas, ¿tú realmente crees lo que dices?… Meditemos un instante.

Entiendo que la publicación de nuestra investigación es el paso final dentro de un largo proceso al cual llegamos agotados de fuerzas. Sí… Han quedado atrás los inicios de esta aventura, ya todo queda lejos. Recuerdas…: el asesoramiento que buscábamos resultó menos del esperado; la búsqueda de recursos tampoco fue fácil, si bien había muchos fondos públicos y privados para la investigación, no fueron para nosotros; recuerdas el Comité de Ética y la respuesta que no llegaba, sabíamos que existían esos Comités…, ¡¡¡pero qué equipos tan herméticos!!! Fue difícil saber qué querían, siempre faltaba algo, tampoco nos enseñaron mucho. No me extraña que muchos, en su ignorancia, lleguen al final de la investigación habiendo olvidado presentar el proyecto a ese Comité.

Ay ay ay… Atrás han quedado los días de carga horaria extra, por fin ya han pasado; ya tenemos los resultados. He de reconocer que hemos perdido algunos datos en el camino, por errores míos, la inexperiencia. Espero no repetirlo la próxima vez. Hasta ya tenemos la estadística resuelta, qué curioso que no habíamos pensado en un estadístico cuando planteamos inicialmente el proyecto.

Solo me falta terminar de escribir la versión final. Las versiones se suceden, siempre aparece una nueva modificación, pero bueno, va tomando forma. Llega un momento que ya te aburre y lo que quieres es darlo por terminado como sea y por fin enviarlo.

Meses atrás pensaba que ya estaba todo terminado, pero esto se va alargando y escribir este artículo parece un cuento de nunca acabar. Claro, nunca antes había escrito un artículo para enviarlo a una revista, y esto nada tiene que ver con hacer un Resumen para un Congreso. Quien nunca lo hizo podría pensar que publicar es como un trámite menor, casi administrativo, que podría hacerlo hasta una secretaria sin conocimiento de investigación, pensando que lo difícil y tedioso solo es recolectar los datos. Nada más lejos de la realidad. Preparar el manuscrito me está llevando mucho más esfuerzo del esperado, casi tanto tiempo como hacer todo el trabajo.

Probablemente será necesario afrontar esta etapa con más humildad, nos llevará un esfuerzo no previsto y la necesidad de un conocimiento sobre aspectos que desconozco, pero necesarios para hacer una correcta transmisión del mensaje.

Ay ay ay… Con el mensaje. Si el mensaje no se redacta claro y entendible todo el esfuerzo previo será en vano, y lo más seguro será recibir el rechazo del Editor.

Como médico, daba por hecho que sabía escribir, redactar correctamente una investigación, pero parece que no es así; también deberé aprender sobre esto.

Pensar… ¡Con qué celo guardaba mi idea!, todo era secreto, y ahora dejará de serlo cuando se publique, cuando la lean otros. La analizarán, criticarán y la usarán como soporte de otras investigaciones, dejará de ser solo mía.

Por el contrario, si no se publica, para el resto esta investigación no existirá y será una oportunidad perdida para todos, y por supuesto para mí.

Mientras continúo escribiendo me entero de que nada tiene que ver redactar un editorial, una carta al Editor, una revisión, un caso, o una investigación original. Cada publicación tiene su propio perfil. Además, según el prestigio de la revista, y su índice de impacto, el porcentaje de aceptación será inversamente proporcional, llegando algunas a aceptar solo entre el 10 y el 20 % del número total de artículos recibidos.

Y ahora toca elegir la revista… Quizás me equivoqué cuando pensaba en el Anesthesiology para enviar mi primer artículo. Ya… Pensaba que esto era más fácil. Para llegar a buen puerto será necesario saber elegir la revista. Habrá que revisar los últimos 5 años de las publicaciones de varias revistas y revisar en cuál se publicó algo similar, al menos un perfil similar, aunque sea aplicado a otro tema. Deberemos ser autocríticos, y analizar la originalidad de nuestro trabajo, lo innovador de nuestra metodología, o cómo con una metodología simple y sencilla somos capaces de ver hallazgos que han pasado desapercibido para otros.

Deberemos ser conscientes de que hay diferentes ligas, diferentes niveles de complejidad en la competencia por alcanzar una publicación. Los Originales son los artículos más valorados por un Editor. Los Casos Clínicos son menos valorados, estratégicamente para la Editorial tienen menos peso porque generan muy pocas citas, y el impacto de la revista depende de las citas que generan sus publicaciones. En última instancia la Editorial también cuida su negocio.

En los últimos años han surgido como setas múltiples revistas, en su mayoría de acceso abierto para el lector, con un coste de publicación y con escasa repercusión. Es un nuevo negocio. Si analizamos el espectro, encontraremos revistas incluidas en diferentes bases de datos; PubMed es una base de datos bien valorada; otras dependen de editoriales, como por ejemplo SCOPUS, que depende de Elsevier.

Y hay un grupo selecto de revistas, denominadas “con impacto”, que son aquellas a las que se les permitió entrar dentro del JCR (Journal Citation Report). En el capítulo de Anestesiología para 2022 había incluidas 34 revistas de anestesiología y tratamiento del dolor en el JCR, consideradas las mejores en función del amplio número de citas que reciben desde las propias u otras revistas. Según el número de citas recibidas en los 2 últimos años posteriores a su publicación, las revistas con impacto adquieren un factor de impacto que, ordenado de mayor a menor, permite clasificarlas dentro de 4 cuartiles (Q1, Q2, Q3, o Q4). Las revistas más valoradas son las incluidas cada año dentro del Q1, equivaldría en fútbol a la Champions League. En su mayoría las más valoradas proceden de EE. UU. y Reino Unido. En anestesiología y tratamiento del dolor, en 2022 no se encuentran revistas en español ni en Q4.

Pues entonces ¿a dónde envío mi artículo?

Primero intentaría enviarlo a revistas en mi propio idioma, después a publicaciones en inglés y, cuando ya haya alcanzado alguna experiencia y me hayan aceptado algunos artículos, intentaría enviarlo a revistas con impacto. Las revistas más prestigiosas tienen un porcentaje de rechazo muy alto, los rechazos son mal tolerados por los principiantes. Cuando hay rechazos al principio, frecuentemente hay una pérdida de energía y entusiasmo que, en ocasiones, da por finalizada esa aventura dentro de la investigación al no querer mostrar ante el resto, lo que para él o ella considerará una derrota, cuando en realidad no lo fue, simplemente fue la consecuencia de ser autodidacta sin el soporte de ningún maestro. Cada uno debería asumir que hizo todo lo que pudo.

Un rechazo no es una derrota, sino la fuente de nuevas oportunidades que debes saber aprovechar para alcanzar la publicación en otra revista con un perfil similar pero adecuado a las características y al potencial de tu investigación. Nunca deben tomarse los rechazos como algo personal, aunque es lógico entender que a nadie le gusta que hagan comentarios negativos sobre su trabajo, del cual solo cada uno sabe el tiempo y esfuerzo invertido.

Que una publicación sea aceptada dependerá de muchos factores: el primero, que estemos frente a una investigación que se haya hecho siguiendo todos los pasos correctamente, una idea nueva, desafiante; una metodología correcta y validada por otras investigaciones realizadas previamente, en la cual pueden aportarse, o no, nuevas variantes metodológicas, cumplir con todos los aspectos legales, obtener correctamente todos los resultados previamente indicados como variables a estudio; hacer un análisis correcto y si procede su análisis estadístico; desarrollar una discusión crítica de los resultados, comparando con resultados de otros investigadores y proponiendo nuevas conclusiones, o conclusiones que confirmen hallazgos de otros, en temas de debate; analizando errores, fallos y limitaciones intrínsecas a la investigación.

Para alcanzar esa publicación es además importante el lenguaje, el vehículo de comunicación. Por eso interesa al principio enviar a revistas que usen el idioma nativo del investigador. Publicar es una carrera de superación que solo entiende quien está inmerso en esa carrera. Desde fuera la ignorancia puede llevar a pensar que cualquiera puede publicar en una revista de alto impacto simplemente porque tuvo una idea y unos resultados, pero esa soberbia se convertirá en humildad cuando haya recorrido parte del camino y haya recibido muchas respuestas que no esperaba, ni le apetecía recibir.

Los artículos recibidos por el Editor son enviados a entre dos y cuatro expertos externos, quienes acompañan un informe destacando las fortalezas y debilidades del trabajo, en ocasiones haciendo sugerencias de correcciones y nuevas referencias. La decisión siempre será: Aceptado, una opción poco probable al primer envío; Modificaciones Menores o Modificaciones Mayores, dos opciones más frecuentes; y por último Rechazado.

Aun siendo rechazado, si fue acompañado del informe de varios revisores, debemos asumir el triunfo de una pequeña batalla, porque nos servirá para reforzar la nueva versión que se enviará a continuación a otra revista.

Debemos considerar que el informe de los revisores puede corresponder a un experto y referente a nivel mundial sobre el tema, un experto que tomó su tiempo de forma altruista para leer, interpretar, analizar y obtener conclusiones que le llevaron a hacer el informe y las recomendaciones. Nosotros a nivel individual jamás hubiésemos llegado a disponer de la experta experiencia de esa persona, y menos aún de forma gratuita.

Pero… Si técnicamente fue todo correcto, ¿por qué fue rechazado nuestro artículo? Seguramente fue un problema de perspectiva. Muchas veces no explicamos todos los aspectos de nuestra investigación, porque damos por hecho que todos conocen lo que hicimos, y no es así. Por esa razón, una vez escrita la última versión, es necesario entregarlo a la lectura de otros profesionales alejados del tema, para que lo valoren y nos comenten qué fue lo que no entendieron con claridad. Muchas veces el problema no fue técnico sino de comunicación. En caso de ser escrito en una lengua diferente a nuestra lengua madre, por ejemplo en inglés, el problema aumenta y mucho. Una traducción literal muchas veces no permite un adecuado entendimiento del mensaje y cuando el revisor no entiende, pone puntos negativos. Esto ocurre cuando quien traduce no es un perito ni experto en el tema, es simplemente un traductor.

Ahora toca reflexionar… Y con el esfuerzo que hice para pagar el gasto que supuso el traductor, ahora me dicen que no sirve, que es insuficiente. Pero si es un traductor oficial, escribe un inglés perfecto para mí. Efectivamente, perfecto para usted, pero no suficiente para quien revisa el artículo en su lengua materna.

Durante años nosotros, como equipo, experimentamos ese problema, hasta que decidimos incluir entre los autores a profesionales expertos en el tema, nativos del lugar de publicación de la revista: en EE. UU. incluimos americanos, en Australia, australianos. La traducción se reemplaza en este caso por una reinterpretación del escrito en el idioma de interés en manos profesionales, expertos nativos que usarán los términos en la justa medida en la que están acostumbrados a leerlos y escucharlos los revisores, que son expertos, los más expertos y además generalmente nativos de EE. UU. o Reino Unido.

Las figuras son otro aspecto a considerar, ya que siempre llaman la atención de los revisores; una imagen vale más que mil palabras, por tanto, las figuras no pueden ser improvisadas, debe dedicarse el tiempo y los recursos para que alcance la categoría de una imagen profesional, que si escapa a nuestras habilidades deberá ser encargada a algún profesional. Transcurridos los años, se nos recordará por las imágenes y no por el texto.

Cuando reenviemos una nueva versión por indicación del Editor, deberemos intentar dar respuesta a todo lo requerido en una carta dirigida al Editor e incluir las modificaciones en la nueva versión del texto. Al disponer de un tiempo corto deberemos poner a trabajar a todo el equipo para lograr en escaso tiempo todos los pasos hechos en la primera versión.

Y llegará el día… Cuando recibamos la carta de aceptación, nos emocionaremos en soledad, se parará el mundo por unos segundos, una mirada hacia atrás recorrerá todas las vicisitudes pasadas, inclusive las que casi hacen fracasar el proyecto, pero aunque nadie lo crea, pensaremos… ¡Lo hemos logrado!

Solo aquellos quienes iniciaron este mismo camino sabrán valorar el mérito de otro colega cuando alcanza una publicación, y de forma espontánea le ofrecerán respeto y admiración. Esto quizás lo siente quien ya vivió en primera persona esas situaciones, esas dificultades, y probablemente no entienda y le pase desapercibido a quien nunca vivió estas experiencias.

Investigar y publicar es una maratón en solitario, no es soplar sobre el vidrio incandescente y hacer botellas. Siempre han de tener presente que aun a los más expertos investigadores, también les rechazan investigaciones.

Mis palabras nacen después de muchos años de investigación liderando a un equipo internacional y multidisciplinar de expertos, con muchos artículos publicados en EE. UU. Formo parte del equipo editorial de la Revista Española de Anestesiología y Reanimación, y del Clinical Anatomy, Órgano de Difusión de la Asociación Americana de Anatomistas Clínicos en EE. UU., y he de confesar un secreto… Aún hoy a mí me rechazan publicaciones, y continúo aprendiendo y aprovechando los informes hechos de forma altruista por los revisores.

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22/04/2023 21:57:34
Muchas gracias por este artículo. Nos motiva a atrevernos y superarnos día a día.


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Reina M, Server A. Yo nunca publiqué, pero qué menos… Lo enviaré al Anesthesiology. MPJ. 2023;3:24-27 DOI: 1020986/mpj20231049/2023


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